Hospital de Mao debe llevar el nombre de Samuel E. de Moya Inoa y no el de Peña Gómez

Por Sin Reservas

Si Juan Bosch y Peña Gómez, estuviesen vivos, serían los primeros en negarse, a que los pseudo seguidores suyos los tomen de escudo y para hacer honor a su lambonismo político, designen con sus nombres todo lo que encuentren a su paso.

Porque una simple pregunta: Haciendo una disección, que tienen que ver y que Jacinta son estos dos señores en la ciencia médica, para ceñir sus nombres a hospitales, con tantos sobresalientes profesionales de la salud que hemos tenido y tenemos.

Pero los pueblos y sus representantes son culpables, y por supuesto que el Colegio Médico Dominicano (CMD), que al momento de anunciar tal falacia, no se levantan y exigen lleven nombre de sus municipes destacados.

Por ejemplo el Hospital Traumatológico, de La Vega, podría llevar el nombre de los doctores Luis Fernández Martínez (El Culebro) o Luis Esteban Abreu.

Asimismo porque un hospital en Mao, provincia Valverde, lleva el nombre del ingeniero Luis L. Bogaert.

Y en el caso que nos motiva, el hospital Peña Gómez, de esta misma ciudad, debería cambiarsele el nombre por el del Doctor Samuel de Moya Inoa.

Doctor Samuel de Moya Inoa

Nació el 13 de agosto del año 1919, en la ciudad del Jaya, otrora Provincia Pacificador, hoy Santa Ana de San Francisco de Macorís.

Hijo de los señores don Samuel Joaquín de Moya Ureña y doña Emelinda Inoa.

Estudió en su ciudad natal hasta obtener el título de bachiller. Emigró Santo Domingo, donde estudió medicina; recibiéndose el 28 de octubre de 1953, en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).

Contrajo matrimonio con la señora Jeannette Ureña, con quien procreó 7 hijos, entre ellos, la Reina del Centenario de Mao, que jugó un papel estelar, la sutil “Venus de Cibeles maeña”, finalista del Certamen de belleza Miss República Dominicana, Srta. Cesarina de Moya Ureña.

Ejerció su profesión con apoyo irrestricto a la ética y al Juramento Hipocrático y antes de graduarse fue practicante en la maternidad de su pueblo natal, del dispensario antivenéreo o Centro Sanitario de Santo Domingo, en la Maternidad Nuestra Señora de la Altagracia y en la Clínica San Francisco del Doctor Záiter.

Recién graduado fue nombrado médico ayudante del Hospital Ing. Luis L. Bogaert de Mao, y 3 años más tarde, Director del mismo, hasta que en el 1963 presentó renuncia. Luego fue designado como Jefe del Servicio de Gineco-Obstetricia y después de Cirugía, en el mismo centro de salud.

Asistió a importantes conclaves médicos nacionales e internacionales.

Fue Regidor y Presidente del Honorable Ayuntamiento Municipal; Presidente de la Cruz Roja Dominicana (filial Mao); Presidente de la Asociación Médica Valverde-Santiago Rodríguez; Vicepresidente de la Asociación Médica Regional del Norte, a nivel Nacional; Director y fundador de la prestigiosa Clínica Perpetuo Socorro; Presidente de distintas Avenidas del Club Rotario de Mao; Presidente de dicho Club por unas 5 ocasiones; Gobernador del Distrito Rotario 406 de Rotary International; Presidente de Asuntos de Interés Público Mundial y del Comité de Extensión de Rotary International para la zona de SACAMA (Sur América, El Caribe y América Central).

Fue pensionado como médico del Estado. Fue miembro de la Asociación de Médicos Católicos de la República Dominicana y representante de la misma para la Línea Noroeste. Expresidente de la Asociación para el Desarrollo de la Provincia Valverde (ADPV) y del Comité Proconstrucción de la Escuela Regional de Educación Vocacional; Presidente del Patronato Cibaeño contra el Cáncer (filial Mao); primer Presidente de la Asociación Noroestana de Ahorros y Préstamos y Miembro del Directorio del Instituto para el Desarrollo del Noroeste (INDENOR).

Recibió justos reconocimientos como placas, diplomas y pergaminos de los clubes: Interact, Rotarios, Comité de Damas Rotarianas; del Personal del Hospital Luis L. Bogaert, Asociación Médica Regional y la Asociación Médica Dominicana, le declaró junto a prestantes médicos dominicanos, “Padre de la Medicina Dominicana” en el 1979.

Figura en la sala de maestros de la Medicina Dominicana en el edificio de la AMD, en Santo Domingo, además de ser nombrado Miembro de Honor en 1984.

La trágica muerte de su hijo Samuelito, experto piloto, no fue óbice para que desistiera de sus cualidades altruistas y su entrega desinteresada al servicio social; parece como si ese dardo que traspasó su corazón, insufló mayor ternura en la personalidad de este hombre, cuya fe en Dios y en el porvenir de su pueblo, podría equipararse a la del Patriarca Abraham.

Con información de: eldiariodelcibao.com

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